Cuando queremos reducir el consumo de alimentos, la primera solución que se nos viene a la cabeza es recurrir a los supresores del apetito. ¿Pueden conllevar efectos secundarios y riesgos de los que no se habla?
Entre las acciones negativas podemos encontrar:
- Efectos secundarios indeseados. Como aumento de la presión arterial, taquicardia, insomnio, nerviosismo, ansiedad o depresión.
- Pueden crear adicción. Con todo lo que este problema conlleva tanto en la salud física como emocional de las personas.
- Interacción con otros medicamentos. Pueden interferir con otros medicamentos que se estén tomando, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios.
- Los supresores del apetito pueden ser peligrosos para personas con problemas de salud preexistentes, como enfermedades del corazón, presión arterial alta, trastornos de la alimentación y psiquiátricos.
- Además, el uso de supresores del apetito puede hacer que las personas ignoren las señales naturales de hambre y saciedad, lo que puede dificultar la adopción de hábitos alimentarios saludables a largo plazo, ricos en alimentos variados y que ayuden a completar una dieta equilibrada.
La solución definitiva contra el hambre emocional
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