Todos sabemos que la hidratación es fundamental para nuestro organismo. Además, la mayoría de población nota una gran diferencia antes y después de hidratarse, ya sea con agua o cualquier líquido que sacie esta sensación.

Los expertos en nutrición de Club Metropolitan exponen la importancia que tiene la hidratación antes, durante y después de la rutina de entrenamiento.

Habitualmente se recomienda el consumo de dos o tres litros de agua diarios en el caso de un adulto, esta cantidad es sólo una referencia estándar y dependerá mucho de cada persona, pero si de algo no hay duda, es que durante un entrenamiento es básico hidratarse con agua mineral o agua con electrolitos (sales minerales esenciales en la hidratación), no sólo para prevenir posibles malestares, sino también para aumentar el rendimiento deportivo, y es que un 2% de pérdida de agua corporal puede suponer un 20% menos del rendimiento deportivo.

Cuándo y cómo hidratarse en el entrenamiento

» Antes del entrenamiento.
Ello ayudará a empezar la actividad física con un margen para poder rendir a buen nivel. La cantidad de agua necesaria previa al entrenamiento dependerá de varios factores, aunque especialmente de la intensidad y duración de la actividad que se realice.

Para entrenos estándares de una hora y a un ritmo medio, beber un mínimo de medio litro de agua, una hora antes de la práctica deportiva, sería la cantidad óptima.

Es necesario ir bebiendo durante el entrenamiento, pero sin hacerlo de golpe y sin tomar grandes cantidades, más bien poco a poco (unos 150-200ml) cada 15 o 20 minutos.

» Durante el entrenamiento.
Se estima que después de una hora de ciclismo, de futbol o de running pueden perderse entre 1,5 y 2 litros de agua. Es necesario ir bebiendo durante el entrenamiento, pero sin hacerlo de golpe y sin tomar grandes cantidades, más bien poco a poco (unos 150-200ml) cada 15 o 20 minutos.

» Después del entrenamiento.
En este momento, el proceso de rehidratación es igual de importante que el anterior. ¿La mejor manera de recuperarse? Además de recuperar energías con una comida sana que contenga las principales fuentes nutricionales (proteína y carbohidratos), si has hecho un entrenamiento intenso, también puedes tomar una bebida con azúcares simples (bebida isotónica, nunca un refresco o cerveza).

Estar hidratado es esencial para la correcta actividad del organismo. Además, beber agua de forma frecuente ayuda a eliminar la retención de líquidos y a acelerar el metabolismo, lo que se traduce, también, en una mayor quema de calorías.









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