Se trata de una técnica que sirve para dar dimensión al rostro sin que sea demasiado evidente el uso del contouring. De esta manera, se consigue un acabado muy natural en el rostro. Se puede realizar con dos bases de maquillaje, escogiendo dos tonalidades diferentes y aplicando una u otra si el objetivo es dar profundidad o restar volumen en el rostro.

Paso a paso para marcar el contorno antes de la base

1. Limpia, tonifica e hidrata.
Este paso es importante ya que ayuda a equilibrar la piel. Si sigues estos pasos tendrás mejores resultados en el aspecto y además el maquillaje te durará más horas, ahorrándote más de un retoque.

2. Corrige solo en ciertas zonas.
Aplica corrector en aquellas zonas donde necesites unificar el tono, como por ejemplo, en ojeras y pequeñas discromías, granitos, etc.

Escoge una base de maquillaje de cobertura media. Si la base tiene demasiada cobertura corres el riesgo de cubrir por completo el trabajo previo.

3. Trabaja el contorno para esculpir el rostro.
Escoge una textura fluida o en crema para que sea compatible con la base que aplicarás después. Para conseguir disminuir volumen o dar profundidad escoge 2 o 3 tonos más oscuros que tu propia piel.

La herramienta más recomendable para su aplicación es una esponja tipo Beauty Blender. Aplica dando toquecitos en zonas como frente, pómulos, mentón, aletas de la nariz, etc, dependiendo de tu tipo de rostro y qué zonas deseas resaltar.

4. Aplica la base de maquillaje.
Escoge una base de cobertura media. Si la base tiene demasiada cobertura corres el riesgo de cubrir por completo el trabajo previo.

Aplica la base de maquillaje con una brocha kabuki realizando toquecitos para evitar arrastrar el producto. Se trata de que los tonos se integren manteniendo el efecto y la técnica para estilizar el rostro.

5. Sella todo el trabajo.
Para finalizar, puedes sellar la base con un polvo traslúcido en aquella zonas más susceptibles de generar brillos.









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