¿Zumo...? Pues va a ser que mejor no
La elección entre tomar zumo o fruta genera mucha controversia en nuestra sociedad. Pero, ¿sabes lo que es mejor?
-
El cansancio en la menopausia es real y lo sufren más de la mitad de las mujeres
Se trata de un problema multifactorial que puede estar causado por cambios hormonales, problemas de sueño, estrés, un ritmo de vida acelerado y otros factores relacionados con la edad
-
Potencia el cuidado facial con Theraface Mask, un dispositivo de cuidado de la piel revolucionario
Conoce la revolución en el cuidado de la piel con el Theraface Mask de Therabody, un avance científico aprobado por la FDA de EE UU como un dispositivo médico de tipo II
-
Cómo detectar el melanoma: tipos y tratamientos
El sistema de dermatoscopia digitalizada, conocer el ABCDE de los lunares y visitar regularmente al dermatólogo se convierten en los mejores aliados para prevenir el melanoma, según la doctora Marta González
-
La periodista de belleza Clara Buedo presenta su libro
Clara Buedo es periodista de belleza, experta en perfumes y lleva 19 años en el sector. La Fundación Academia del Perfume organiza un webinar sobre este libro y su autora
-
Guía y recomendaciones para la depilación láser en adolescentes
El vello no deseado puede afectar negativamente la confianza en uno mismo, especialmente durante la adolescencia y la juventud
-
¿Pelo graso? ¡Puedes lidiar con él!
Montibello te ofrece una serie de consejos muy útiles para controlar la producción de sebo y conseguir un pelo radiante, suelto y brillante
Cuando convertimos una fruta en un zumo, debemos saber que sus azúcares naturales pasan a ser azúcares libres, lo que conlleva a que procesemos, metabólicamente hablando, de otra manera este alimento.
Nutrium, el último concepto de nutrición, dietética, salud y bienestar, consulta presencial y on-line, nos cuenta todo sobre la diferencia qué hay entre tomarse un zumo y tomarse una fruta.
1.- Los hidratos de carbono se transforman. Cuando sometemos a una pieza de fruta a un proceso de licuado o exprimido, los hidratos que tienen de manera natural se transforman en azúcares libres.
2.- Se pierde la fibra. Al transformarse los hidratos de carbono en azúcares libres, se pierden sus nutrientes, entre ellos la fibra; por lo que en el zumo nos estamos quedando solo con los azúcares.
3.- La absorción por parte de nuestro organismo es más rápida. Cuando se pierde la fibra de un alimento, nuestro organismo lo absorbe de forma más rápida.
4.- La probabilidad de almacenar grasa es mayor. Como consecuencia de esta absorción rápida, aumentan las posibilidades de una resistencia a la insulina y de que se produzcan más ácidos grasos en el hígado, es decir, mayor probabilidad de almacenar grasa corporal.
5.- La ingesta de azúcar es mayor. Cuando hacemos un zumo, por ejemplo, de naranja, utilizamos más de una pieza de fruta, por lo que estamos aumentando la ingesta de azúcares transformados y que han perdido la fibra.
6.- No se realiza un proceso de masticación. Al ingerir un zumo, no necesitamos masticar nada, y cuando tomamos una fruta, sí. Al masticar la fruta se ralentiza el proceso de absorción de los hidratos de carbono, además de producir mayor saciedad, por lo que comer la fruta entera y masticando, hará que no se produzcan picos de glucosa y calmará mucho mejor nuestro apetito.
Por estas razones, tomar una pieza de fruta, no es lo mismo que tomarse un zumo, ya que la ingesta de nutrientes es diferente en ambos casos. Aunque el zumo no contenga azúcares añadidos, sus azúcares se convierten en libres y pierden la fibra, por lo que el comportamiento de nuestro organismo va a variar en función de si tomamos una pieza de fruta o un vaso de zumo.
Recomendamos