El aceite de la hierba de San Juan se obtiene al macerar la planta fresca en flor da lugar a un compuesto con el que actuar frente a diferentes afecciones de nuestro cuerpo.
» Antibiótico.
Los usos medicinales de la hierba de San Juan son conocidos desde la Grecia Clásica, aunque es cierto que se popularizó durante la Edad Media, dada su capacidad para sanar heridas.
Más adelante su fama se incrementó en episodios bélicos, y se le empezó a conocer también con el nombre de ‘hierba militar’ ya que se empleaba en ungüentos para acelerar la cicatrización de las heridas.
» Conta el dolor de cabeza.
El hipérico es una planta ideal para todas aquellas personas que sufren migrañas, jaqueca o cefalea, siendo un aliado natural para aliviar este tipo de dolencias.
» Cosmético.
Es astringente, por lo que es un buen aliado de las pieles grasas. En cosméticos se tiende a usar el hipérico de forma externa, para ser aplicado sobre la piel en forma de aceites, cremas, limpiadores de piel, etc.
» Mejora el estado de ánimo.
Posee un efecto ansiolítico y antidepresivo debido a la hipericina e hiperforina, ayudando a tratar problemas de ansiedad, terrores nocturnos, depresión leve o falta de ánimo.
» Beneficios para la memoria.
A la hierba de San Juan se le atribuyen propiedades antioxidantes, que incrementan la actividad cognitiva y mejoran la memoria.
» Como antiinflamatorio natural.
Posee propiedades analgésicas y antiinflamatorias. El hipérico ayuda a eliminar y reducir los dolores articulares o musculares, actuando con gran eficacia sobre cualquier zona y parte del cuerpo.
Actualmente el hipérico se incluye en cremas recuperadoras, como es el caso de Kyrocream Original, que cuenta con un importante porcentaje de hipérico combinado con otras plantas como el árnica y la caléndula, dando lugar a una ‘terna natural’ de principios activos naturales indicados para favorecer el cuidado y la recuperación muscular. Lo ideal es aplicarte una crema específica mediante un ligero masaje en la zona afectada.