Pilar Guerra Escudero.

La psicóloga clínica Pilar Guerra Escudero constata el aumento significativo de pacientes en consulta como consecuencia de una salud mental deteriorada, en parte, por los estragos de la pandemia. Sin embargo, ésa fue solo la punta de iceberg, para darnos cuenta de que hoy debe ser una materia de crucial importancia, que -por fin- está movilizando a la sociedad y los gobiernos. Todos en algún momento de nuestras vidas podemos vernos afectados y debe ser una prioridad para nuestro bienestar.

Es obvio que la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en la salud mental de las personas. El distanciamiento social, la incertidumbre, el miedo y las dificultades económicas contribuyeron al aumento de los trastornos mentales. Sin embargo, esta crisis sanitaria ha logrado llamar la atención sobre la importancia de abordar la salud mental de manera proactiva y priorizarla en nuestras vidas.

Según el informe del Ministerio de Sanidad sobre la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026, "la atención a la salud mental de las personas y comunidades es condición indispensable para el desarrollo de calidad de vida y el ejercicio pleno de una ciudadanía en la que se conjuguen los derechos y deberes”.

Además, es importante destacar que la falta de conocimiento acerca de la salud mental conduce a la discriminación, el rechazo y el estigma hacia aquellos que padecen trastornos mentales. La realidad es que nadie está exento de enfrentar dificultades en su salud mental, ya sea en su propia vida o en la de sus seres queridos.

"Cada vez detectamos más casos con síntomas tales como depresión, soledad o aislamiento que son consecuencia de relaciones con personas con trastorno narcisista de la personalidad", explica Pilar Guerra Escudero.

"La vida y las circunstancias cambian continuamente, por tanto, nuestro carácter, pensamientos y sentimientos también fluctúan. Es normal sentir malestar: tristeza, preocupación, temor o inquietud. Pero estos sentimientos se convierten en problema cuando empiezan a obstaculizar nuestra vida diaria por un tiempo prolongado", explica Pilar Guerra Escudero.

La salud mental o bienestar emocional nos capacita para saber manejarnos en nuestra vida cotidiana y ver el mundo de forma positiva. Nos permite tener confianza para enfrentar los desafíos diarios, mantener salud física, aprovechar las oportunidades y disfrutar de la vida.

Buena parte de los cuadros diagnosticados en las consultas de psicología tienen que ver con los comportamientos de los seres humanos que causan daños en los otros. "Cada vez detectamos más casos con síntomas tales como depresión, soledad o aislamiento que son consecuencia de relaciones con personas con trastorno narcisista de la personalidad, ya sea en pareja, familia disfuncional, grupos de amigos o en el entorno laboral, con jefes déspotas que rozan el mobbing laboral", explica Pilar Guerra Escudero.

Señales del deterioro de nuestra salud mental

La psicóloga Pilar Guerra Escudero considera que son múltiples las señales físicas que pueden delatar un deterioro en nuestra salud mental y emocional (desde alteraciones alimentarias o de sueño, cansancio o falta de energía, aumento del consumo de sustancias nocivas como el tabaco, el alcohol o la drogas, hasta la incapaz de realizar tareas diarias). Apunta estas cinco señales inequívocas del menoscabo de nuestro bienestar emocional:

1. NEGATIVIDAD. Tener una actitud negativa y una forma de proceder excesivamente crítica produce tensión, agitación emocional y un estrés relevante. Los pensamientos negativos afectan a nuestro funcionamiento emocional. Y cuando éstos son continuos, puede conllevar graves trastornos emocionales, como la depresión o la ansiedad.

Los pensamientos negativos afectan a nuestro funcionamiento emocional. Y cuando éstos son continuos, puede conllevar graves trastornos emocionales, como la depresión o la ansiedad.

2. MIEDOS, PREOCUPACIONES Y CAMBIOS DE HUMOR. Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enfadado, molesto, preocupado o asustado es otra señal inequívoca de que nuestra salud mental está alterada. Suelen aflorar sentimientos de tristeza, desánimo o culpa, además de darse pronunciados altibajos y cambios radicales de humor.

3. PROCASTINACIÓN. Dejar las tareas u obligaciones pendientes para más tarde, es algo que todo el mundo hace en algún momento de su vida, para dedicar el tiempo a cualquier otra actividad más agradable o, ni siquiera eso, no hacer nada con la excusa de que necesitamos descansar un poco. Sin embargo, se vuelve preocupante cuando esto ocurre a diario, a todas horas, para cualquier tarea mínimamente importante.

4. AISLAMENTO. Evitar socializar o relacionarse con los demás, puede ocurrir de vez en cuando, pero cuando las personas viven este temor en exceso y de forma persistente, están experimentando una fobia social, que puede llegar a interferir en las actividades diarias, es decir, en las relaciones con otras personas y en su rendimiento laboral.

5. APATÍA. El nivel de motivación de cada uno puede variar por rachas. Sin embargo, perder la ilusión por las cosas con las que antes se disfrutaba puede desencadenar en una carencia de interés por pensar en el futuro. Esta sensación puede dificultar la realización de las actividades diarias, propiciar un sentimiento de indiferencia y sin interés por hacer casi nada. Esta actitud de desgana es una señal que indica una disfunción emocional.

Evitar socializar o relacionarse con los demás, puede ocurrir de vez en cuando, pero cuando las personas viven este temor en exceso y de forma persistente, están experimentando una fobia social, que puede llegar a interferir en las actividades diarias.

La psicóloga considera que una persona puede experimentar muchas emociones negativas y no ser diagnosticada con una patología mental. Sin embargo, para evitar cualquiera de los escenarios es crucial poner en marcha medidas de prevención que ayuden a estar atento a las señales y a cómo los cambios del día a día afectan al bienestar emocional individual.

Para Guerra Escudero, lo más importante de todo es no restarle importancia a nuestra salud mental. Tomar conciencia de nuestras emociones y saber cómo gestionarlas se vuelve más que nunca primordial para no caer en el pozo de la desesperación y evitar contagiarnos de las sensaciones negativas y depresivas. Pero también para poder sobrellevar todo lo que esté por venir.

En estos casos, acudir a un profesional puede ser la solución. Lo principal es buscar un profesional que puede ayudar a afrontar la situación para que en todo momento le acompañe en el proceso de cambio.

Pilar Guerra Escudero ofrece un tratamiento con Psicoterapia Abreviada:

  • Cuatro sesiones.
  • Cuatro herramientas.
  • Una solución.








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