Las salsas son en muchas ocasiones un acompañante prohibido en nuestras comidas por su alto valor calórico. Pero no siempre es así, hay muchas salsas bajas en calorías y muy ricas con las que podemos acompañar nuestras ensaladas, nuestras carnes y pescados. Nutrium, el último concepto de nutrición, dietética, salud y bienestar, consulta presencial y online, nos cuenta cómo elaborar tus propias salsas bajas en calorías.

1. Salsa de yogurt.
Se ha hecho muy popular gracias a su utilización en los célebres kebabs, pero también por ser parte de ensaladas, carnes y verduras a la parrilla. Son un excelente complemento para tus ensaladas y otros platos que tienden a ser algo secos, independientemente si son fríos o calientes. Además de su sabor, el aporte calórico es mínimo y existen salsas de todos sabores y para todos los gustos.

Ingredientes:

  • 1 diente de ajo.
  • Sal y pimienta negra (al gusto).
  • El zumo de 1 limón (3- 5 ml).
  • 1 yogur natural desnatado (200 g).
  • Aceite de oliva virgen extra (1 cucharadita).

2. Salsa de falso alioli.
Si estás haciendo algún tipo de dieta en la que no se pueden tomar muchas grasas, puedes seguir disfrutando de una salsa muy parecida al alioli o mahonesa de ajo cumpliendo con esa norma. No lleva nada de aceite y además se puede conservar en el frigorífico varios días, aquí tienes la receta de un falso alioli para dieta que te va a encantar.

Ingredientes:

  • 1 huevo L.
  • 100 gramos de queso de Burgos 0% M.G.
  • 1 diente de ajo.
  • Un puñado de hojas de perejil fresco.
  • 1 pizca de sal.
  • 1 cuchara de postre de mostaza.
  • Cantidad de agua que vayamos necesitando para que quede perfecto.

3. Salsa de mahonesa con ajo asado.
Perfecta para quien busque un aderezo o condimento que sea bajo en grasas, sabroso y fácil de hacer, es un estilo de mahonesa pero apenas tiene grasas. Además, es una salsa enriquecida en sabor porque lleva mostaza, salsa de ostras y anchoas, entre otras cosas. De lo que carece es de grasas, pues sólo lleva un poco de AOVE y huevo, un huevo cocido, por lo que esta falsa mahonesa de ajo asado y anchoas se puede tomar, aunque se esté realizando una dieta para adelgazar.

Ingredientes:

  • 1 huevo duro.
  • 1 cabeza de ajos asada (unos 35 gramos).
  • ½ diente de ajo.
  • 2 filetes de anchoa.
  • 125 gramos de queso fresco de Burgos.
  • 1 cuchara sopera de zumo de lima.
  • 1 cuchara sopera de aceite de oliva virgen extra.
  • 25 gramos de agua.

4. Salsa verde.
Receta baja en calorías, tiene nada más y nada menos que 307 menos que la tradicional, con lo que obtienes una versión 100% libre de culpa que puedes comer de vez en cuando sin miedo a perder la línea incluso estando a dieta. La mejor aliada en cualquier entremés y perfecta en platos como pastas integrales y merluza.

Ingredientes:

  • 1 diente de ajo.
  • 1 cucharada sopera de aceite.
  • 1 cucharada de postre de perejil.
  • 1 chorrito de vino blanco.
  • 250 ml de caldo de pescado.

5. Salsa carbonara sin nata.
Muchas personas prescinden de la carbonara que es a base de nata debido a su alto valor calórico. Sin embargo, podemos adecuarla de manera que no sea tan calórica y siga conservando un sabor delicioso. Para ellos debemos prescindir de la nata y del beicon, pudiendo sustituir este por pavo o jamón york, o simplemente sin echar carne.

Ingredientes:

  • Yemas de huevo.
  • Queso de burgos o queso Philadelphia light.
  • Jamón york o pavo (opcional).
  • Sal y pimienta negra.

6. Salsa de menta.
Es una salsa de origen hindú. Suele usarse en pescados y puede combinarse también con la salsa de yogurt en una explosividad de sabores y sensaciones. La principal ventaja de la salsa de menta es su bajo índice calórico. Es una salsa que podemos permitirnos usar a menudo posicionándose la primera en el pódium de las salsas que no engordan.

Ingredientes:

  • Agua tibia.
  • Vinagre de vino blanco.
  • Stevia.
  • Hojas de menta.

Consejo.
Si no conseguimos las salsas a la primera, vuelve a intentarlo. Acuérdate de comprar más ingredientes para elaborarlas las veces que te hagan falta y repítelo hasta que le pilles el tranquillo, ya sabes que comer y rascar no es más que empezar ¡así que no desistas!









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