Una piel perfecta a cualquier edad
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Para la reconocida terapeuta Yvette Pons, con más de 30 años de experiencia en el sector de la estética, la belleza y la salud, propietaria del Institut Yvette Pons y creadora de Sulyfth®, su terapia manual de lifting facial, una piel perfecta es sinónimo de una piel sana y esta, puede serlo a cualquier edad.
La clave para una piel perfecta
Una piel puede ser perfecta a cualquier edad, independientemente de sus años. Lo que identifica una piel sana, no es estar o no libre de arrugas o pequeñas imperfecciones, es su correcto equilibro. Y la clave para conseguirlo es intentar mantener la capa de protección de la piel, conocida como manto hidrolípidico, lo más compensada posible. ¿Cómo?
- Manteniendo la piel siempre bien hidratada.
- Regulando la secreción de las glándulas sebáceas, tanto por exceso como por falta.
- Manteniendo el grado adecuado de lípidos.
- Siguiendo una correcta higiene diaria, así como de cuidado facial y ayudando a desprender de la epidermis las células muertas que interfieren sobre su correcta oxigenación.
El control sobre todos estos aspectos repercuten en un pH correcto y en una piel fisiológicamente equilibrada, dando lugar a una piel sana, radiante, vital y luminosa, independientemente de los signos de envejecimiento. Una piel joven no es igual a una piel saludable y bonita, del mismo modo que una piel madura no es igual a una piel apagada y desvitalizada. Por ello digo, que una piel puede ser perfecta a cualquier edad, si la cuidamos y la amamos como se merece.
Factores externos que influyen en la calidad de la piel
Hay múltiples factores que afectan a nuestra piel y a su salud. Entre ellos encontramos:
» Sobreexposición solar: las exposiciones solares en exceso son una de las principales causas del envejecimiento prematuro y del deterioro de la calidad de nuestra piel. Por ello, si nuestra exposición va a ser prolongada, es muy importante proteger la piel de los rayos UV.
» Cambios de temperatura: el frío, el viento, el calor, el aire condicionado... afectan al pH de nuestra piel, a su hidratación y lípidos.
» Contaminación ambiental: actualmente, la polución se ha convertido en un factor inevitablemente presente en nuestras vidas. Esta, disminuye el aporte de oxígeno a nuestros tejidos, dando lugar a un rostro asfixiado, apagado, sin elasticidad y favoreciendo al envejecimiento prematuro de la piel.
» Rutina facial no adecuada: seguir una rutina de cuidado facial que no sea adecuada a nuestro tipo de piel, así como utilizar cosméticos agresivos, como ácidos no controlados o productos demasiado astringentes, puede desequilibrar las funciones fisiológicas en vez de equilibrarlas, influyendo en la salud de nuestra piel.
» El estrés, la falta de descanso y horas de sueño: provocan que las glándulas suprarrenales fabriquen más cortisol y, por consiguiente, menos ácido hialurónico, más deshidratación y aumento de sebo, desestabilizando el ph de la piel y su capa de protección.
» Factores que actúan a nivel orgánico, pero que en realidad no dejan de ser externos, ya que somos nosotros quien los aportamos desde el exterior, como el tabaco, ciertos medicamentos, el alcohol y la alimentación desequilibrada. Todo ello, en exceso, acaba originando un estado oxidativo y demasiado ácido, reflejándose totalmente en la calidad de la piel.
Yvette nos recuerda la importancia de cuidarnos, por dentro y por fuera, para amar nuestra piel.
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