Según un estudio, realizado en el Instituto de Medicina Preventiva de Copenhague, por encima de los 100 centímetros de cadera parece que las mujeres están más protegidas frente a los problemas cardiacos y circulatorios. Esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos después de medir la altura, peso e índice de masa corporal de 3.000 hombres y mujeres, entre los 35 y los 65 años, los investigadores han encontrado en el tejido adiposo blanco de las caderas una proteína, la adiponectina, que es un importante antiinflamatorio natural.

Los datos, que han sido publicados en la revista Obesity Research, concluyen que las mujeres con caderas más amplias tenían un riesgo menor del 86% de padecer enfermedades coronarias, comparado con aquellas mujeres con caderas más pequeñas. El riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares también fue inferior en un 46% entre las primeras, por lo que el índice de muertes se redujo en un 87% entre las mujeres de mayor circunferencia.

Las conclusiones, sin embargo, no sirvieron para explicar la salud cardiovascular de los hombres. Estudios previos habían confirmado que tanto los hombres como las mujeres con caderas pequeñas son más propensos a desarrollar diabetes o presión arterial.

La clave parece estar en la falta de músculo adiposo o de hueso y, probablemente, en una combinación de ambos en las personas con caderas estrechas, más que en su mayor tamaño.

De todas maneras hay que diferenciar entre la grasa acumulada en las caderas y la del abdomen, que sí es perjudicial para el corazón, por lo que se recomienda hacer ejercicio para mantener el peso y el cuerpo en buena forma.

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