Vivimos en un mundo muy globalizado e informatizado, donde circulan constantemente cualquier tipo de informaciones que también están al alcance de nuestros hijos. Pero no toda la información es correcta o veraz, por lo que es importante poseer un pensamiento crítico para ser capaces de discernir qué información es buena o no, qué fuentes son fiables, tener una opinión al respecto y tomar decisiones. Colegio Ingenio, un nuevo proyecto educativo de grupos reducidos en un entorno natural, ofrece una serie de claves para fomentar el pensamiento crítico en menores, una competencia imprescindible.

1. Promover el conocimiento y la curiosidad. Hay que animar a los más jóvenes a realizar nuevos descubrimientos, en su entorno más cercano o sobre ideas abstractas. De esta forma, se establecerá una puerta de entrada a nuevos aprendizajes y pensamientos.

2. Enseñar a dudar. Es importante plantear la fiabilidad de las fuentes que consultan y la veracidad de la información que reciben, para que sean ellos mismos quienes aprendan a diferenciar entre lo que está fundamentado y lo que no y puedan así establecer juicios elaborados.

3. Justificar, argumentar y analizar. Es necesario busquen razones, expliquen argumentos y comparen ideas de forma ordenada. Una actividad interesante podría ser proponerles que defiendan una posición opuesta a la suya y con la que no se sienten identificados. Se pueden analizar textos, libros, charlas, anuncios publicitarios, noticias, etc. Eligiendo temas de interés para los niños, que generen debate. Hacer muchas preguntas, dar diferentes respuestas, comparar y contrastar historias…

Hay que animar a los más jóvenes a realizar nuevos descubrimientos, en su entorno más cercano o sobre ideas abstractas.

4. No imponer nuestros criterios. Hay que dejarles decidir con autonomía, enseñándoles a diferenciar lo importante de lo secundario, incitarles a preguntar y estar bien informados. Aunque se equivoquen, hacer que se sientan seguros y cómodos reforzando su confianza para conseguir una personalidad propia.

5. Buscar otras perspectivas. Plantearles otros ángulos desde los que se puedan enfocar la realidad. Que desarrollen su empatía y tolerancia. En definitiva, que sepan ponerse en el lugar de otros de una forma creativa. Algo que educará su cerebro de una forma lógica y crítica es hallar explicaciones de la vida en general. Les ayudará a pensar, ser conscientes y sacar conclusiones. Para ello, es interesante realizar tareas en grupo, donde cada niño puede expresar su punto de vista y conocer la opinión de los demás.

6. Utilizar metodologías activas. Que los niños no solo escuchen. A través de estrategias como el estudio de casos, proyectos y problemas, es posible despertar su motivación y curiosidad para favorecer un aprendizaje autónomo.









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